EL CUERPO HUMANO

El ser humano es una unidad psicosomática. El hombre es un ser corporal y espiritual. La corporalidad y la espiritualidad son distintas, no se confunden, pero al mismo tiempo se integran y se complementan en la unidad del ser. Por el cuerpo, la unidad psicosomática humana se relaciona con el mundo: lo ve, lo huele, lo oye, lo siente, lo experimenta, lo vivencia de manera humana. La respiración, el movimiento, el sonido, son las vías para movilizar la energía, crear más conciencia y sentir la vida.

La fuente de sanación está dentro del ser, no en un agente externo o en un médico, Dios o las fuerzas del cosmos.

La llave de la sanación está en el cambio de nuestra propia conciencia, porque es esta el medio en el que las ideas y las imágenes adquieren realidad.

Realizar un proceso profundo emocional, nos da la capacidad de aceptar la realidad tal cual es, abre la conciencia a las posibilidades de cambio y permite sentir la carga de energía suficiente para orientarse en la intención de transformar lo que está provocando el sufrimiento tanto mental como corporal y espiritual.

¿Qué hago yo, cómo lo manejo, de qué manera puedo convertir esa situación en una oportunidad o al menos, minimizar el impacto negativo que ella puede ejercer sobre sobre mi y sobre mis interacciones sociales?

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